Esta es la entrada que mi amiga Ángela Beato escribió en su blog sobre un libro que yo le recomendé leer.
Un libro para leer: "Charlotte", de David Foekinos
Hoy quiero hablar del último libro que me ha cautivado. Me lo recomendó
mi amiga Chus, así que eso era una garantía que me predisponía
favorablemente. Se titula “Charlotte”, su autor es el francés David Foenkinos y está editado en 2015 por Alfaguara.
Yo era de las que no dejaba un libro hasta que llegaba al final, aunque
no me gustara, pero de un tiempo a esta parte -supongo que son cosas de
la edad- ya no pierdo mi valioso tiempo en leer páginas que no me tocan
el corazón, la cabeza o la moral. En este caso no he sentido la
tentación en ningún momento de abandonar su lectura, a pesar de conocer
desde el principio su triste desenlace y de narrar una historia real
tremendamente sobrecogedora.
Lo primero que llama la atención de esta obra es su forma, el estilo
arriesgado que emplea su autor. Líneas incompletas. Frases cortas que
parecen versos. Simples pero contundentes. Algunas encierran tremendos
mensajes. Otras simplemente invitan a respirar. En ambos casos
demuestran cuánto se puede decir con tan poco. Foenkinos dedicó ocho
años de su vida a esta creación que en cambio se lee de una sentada.
“Charlotte”
es una biografía novelada de la vida de Charlotte Salomon, una pintora
alemana de origen judío que murió gaseada por los nazis en el campo de
concentración de Auschwitz en 1943, cuando solo tenía 26 años. Pero la
tragedia de su vida no viene solo por su dramático final, sino también
por pertenecer a una estirpe de mujeres con tendencia al suicidio.
Charlotte se llama como su tía, que se quitó la vida con 18 años, el
mismo final que eligió su madre cuando Charlotte solo tenía 9 años,
igual que se fue de este mundo su abuela cuando ella era ya lo
suficientemente adulta como para entender ese destino marcado que les
esperaba a las mujeres de la familia. Con la muerte al acecho, la
protagonista de este libro encuentra en la pintura la tabla de salvación
que la mantiene a flote dentro de la locura que la rodea. Dibuja cuando
conoce el primer amor y no es todo lo romántico que debería. O cuando
el nazismo la separa de su padre y busca refugio junto a sus abuelos en
el sur de Francia. Así va creando una abundante obra que guarda en una
maleta y confía a su médico. “¿Vida? ¿O Teatro?” resume su corta
existencia y está recogida en el Museo Judío de Amsterdam.
Después de descubrir esta fascinante historia, si alguna vez se tercia
un viaje a Holanda, ya tengo claro cuál va a ser una de mis primeras
visitas.
Si en este momento no tenéis en vuestras manos ningún libro que leer, os animo a adentraros en "Charlotte".
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